Implicar a los directivos en las clases de inglés

Implicar a los directivos en las clases de inglés

18 de mayo de 2016


Todos recordamos el histórico primer viaje de Cristóbal Colón a través del Atlántico en 1492. Sin embargo, la expedición nunca habría tenido lugar de no ser por la implicación en el mismo de los hermanos Pinzón y los hermanos Niño. Gracias a ellos, el almirante genovés pudo reclutar una tripulación que le permitiría descubrir el Nuevo Mundo – aunque su verdadero objetivo fuera llegar al continente asiático. Ambas familias demostraron lo crucial que resultan los directivos en los negocios, mucho tiempo antes de que fundara la jerarquía empresarial.

Un buen directivo resulta crucial a la hora de sacar el máximo rendimiento a los empleados. Hasta Peter Drucker, el inventor de la dirección de empresas, reconocía que la productividad en el trabajo no es responsabilidad del empleado sino del directivo. Cierto es que, aparte de gestionar y dirigir a su equipo de trabajo, también deben obtener resultados y responder a las expectativas de los altos cargos. Por tanto, no disponen de demasiado tiempo libre. Es habitual que su horario de trabajo se vea excedido diariamente para poder atender a todas las tareas y responsabilidades que deben cumplir.

En la empresa moderna, el inglés se ha convertido en el idioma oficial a la hora de hacer negocios. Su buen conocimiento y empleo resulta crucial de cara a obtener éxito y facilitar la expansión; una llave maestra para la puerta del triunfo. Lamentablemente, nuestro país está a muchos años luz de dominar el mundo con el idioma como lograra el viaje de Colón tiempo atrás.

Para ayudar en su actualización idiomática, existen cursos presenciales de formación en inglés para empresas. En este tipo de cursos, un profesor (o varios) acuden a las instalaciones de la empresa para impartir clases de inglés a los diferentes niveles que puedan existir dentro de la compañía. El objetivo es que los empleados aprendan y se acostumbren a emplear el inglés dentro de su entorno de trabajo.

Sin embargo, a pesar de esta interesante oferta gratuita para el empleado, no son muchos los que deciden sacarle partido a este incentivo laboral. Otros prueban unos días pero deciden abandonar al poco tiempo bien por la temprana hora o por incapacidad de conjuntar su trabajo con el horario. Así que entre la desidia y el absentismo, una gran parte de la empresa prescinde voluntariamente de la actualización idiomática tan necesaria para la evolución del negocio.

Implicar directivos en clases de ingles

Los motivos de que suceda esto no hay que buscarlos muy lejos. Los empleados, por sí mismos, van a ver el tiempo de clase como tiempo extra en su rutina, ya sea entrando antes de su hora, perdiendo tiempo de comida o saliendo más tarde de lo habitual. Y ahí es donde deben implicarse los directivos.

Las clases de inglés permiten tener a la empresa una fuerza de trabajo mucho más competitiva, dado que multiplica las posibilidades de comunicación y participación de los empleados. Pero lo mismo le sucede a los directivos. A pesar de que suelen contar con un nivel de inglés más alto que los empleados – por regla general -, ellos también pueden aprovecharlas para mejorar o perfeccionar su uso.

¿Qué debe, pues, hacer el directivo? En ningún caso debe obligar a sus empleados a apuntarse al curso, puesto que sería contraproducente para su rendimiento. A nadie le gusta que le impongan algo que no ha pedido, así que su actitud durante la clase será, cuanto menos, pasiva. Un buen directivo tiene que reunirse con su equipo, explicarles el servicio que la empresa ha puesto a su decisión y convencerles o sugestionarles con las ventajas que los cursos les van a suponer tanto a ellos como a la empresa. El mero hecho de que no les cueste dinero a los asistentes es un buen punto de inicio para su positiva aceptación.

Si el directivo necesita aprender o mejorar su inglés, puede invitar al resto de empleados con nivel similar al suyo a formar parte del grupo que conformará la clase. De sobra es sabido la capacidad de arrastre que tienen los directivos. En el momento en el que surge la oportunidad de estrechar los lazos con el jefe, no son pocos los que aprovechan la oportunidad para hacer visible su disposición, interés y posibilidades durante las clases. O, simplemente, para hacerse ver y dejar de ser un conocido. Tener a un directivo en una clase garantiza también una mayor media de asistencia.

Pero, si el directivo decide no formar parte del grupo, debe usar su influencia para que los empleados se tomen el curso en serio. Recuerdo una empresa en la que el jefe de departamento preguntaba después de las clases por los alumnos, su progreso y su asistencia. Posteriormente premiaba a los que mejor avance ofrecían y se reunía unos minutos con los que faltaban en exceso para insistir en la necesidad de aprender el idioma y mostrar responsabilidad. De la misma manera, hacía de filtro entre alumnos y profesor, preguntándoles sobre sus intereses, sus necesidades más urgentes y su satisfacción con el método. Al mostrar interés sobre el desarrollo del curso, los alumnos acudían más motivados a las clases y mejoraban su rendimiento.

Otra manera de implicar a los directivos en las clases de inglés consiste en establecer unos objetivos previos antes de iniciar el curso. Un fantástico ejemplo de esta táctica, que tuve la suerte de verlo de primera mano, era la de mandar a un grupo de personas al extranjero para asistir a una reunión. Tenían cuatro meses para aprender a comunicarse con sus homónimos de otros países y los alumnos acudían con una alta motivación a las clases, obteniendo un rendimiento espectacular. Recuerdo a una persona en particular que logró un ascenso gracias a su progreso en el idioma.

Por tanto, para concluir, los directivos ejercen una importante influencia en todas aquellas tareas que les asignen a sus empleados. Al igual que con el desarrollo de las tareas propias del trabajo, deben involucrarse de la mejor manera posible en ellas para obtener resultados adecuados. Si el inglés se plantea no como un extra que ofrece la empresa sino como un objetivo a cumplir a medio o largo plazo, buscará la mejor manera posible para alcanzarlo.