¿Se paga más al empleado por saber idiomas?

¿Se paga más al empleado por saber idiomas?

17 de abril de 2017


El sueldo de los trabajadores viene determinado por la posición que ocupan en la empresa. Existe un convenio que estipula un salario base en función del tipo de trabajo que se va a desempeñar. Pero no deja de ser relativo, puesto que hay una serie de factores condicionantes que modifican la cantidad final a percibir, como puedan ser la experiencia o determinadas habilidades. O los idiomas.

Debido a la globalización de nuestra era, el hecho de saber idiomas se ha convertido en una necesidad para las empresas, cualquiera que sea su tipo de negocio. Hasta hace algunos años, era un requisito deseado pero no imprescindible. Además, en aquellos trabajos donde era más solicitado, no existían métodos de control de nivel real, ya que los propios empresarios carecían de los conocimientos necesarios para evaluarlos. No hay que olvidar que España es un país turístico y apenas se exigía a los trabajadores que chapurrearan un breve vocabulario con pobre construcción gramatical para poderse hacer entender. Y aquí nace el verdadero problema: ser capaces de comunicarnos “a lo indio”, obteniendo resultados. Suficiente.

Esta condescendencia se ha extrapolado al mundo empresarial, confiando en que un pobre empleo de otro idioma nos haga creer que podemos abrir cualquier puerta que surja en nuestro camino. La realidad es que, si la manera de comunicarse es escasa y rudimentaria, la imagen que ofrece la empresa hacia fuera es la misma: cutre. Puede que este sistema garantice unas risas en un bar, pero a nivel profesional nos deja en fuera de juego y, lo peor de todo, dando la impresión de no estar a la altura del resto de empresas europeas. Sabemos que no es cierto. Pero no podemos demostrarlo.

Por esta razón, las empresas han hecho hincapié en premiar económicamente a aquellos empleados o directivos que garanticen una imagen profesional de cara al exterior y así deshacerse de la rústica impresión que nos acompaña fronteras allende. Voy a explicar mejor este punto con un ejemplo. Supongamos que vamos de viaje y tenemos dos guías. Uno de ellos es simpático pero no habla más que cuatro palabras, compensando lo demás gesticulando. El otro es más serio, pero se expresa con corrección y empleando vocabulario preciso y técnico. Si nos cobran los dos lo mismo, ¿en cuál confiaremos?

Formación e idiomas

A pesar de que quien más y quien menos conozca algo de inglés, es el específico para el puesto de trabajo el que mayor interés y valor tiene para un negocio. Formarse bien en este sentido duplica el potencial del trabajador junto al interés de la empresa por contratarlo. No es de extrañar, por tanto, que su sueldo se vea recompensado con un aumento de sus guarismos por esa especialización lingüística. Como en los equipos de fútbol, un delantero que marque goles vale mucho más que uno que no lo haga.

Pero no solamente es importante el saber emplear bien el idioma de cara a la expansión. Incluso a nivel interno resulta imprescindible para aumentar el volumen de negocio. Los equipos de atención al cliente y comerciales se encuentran en la misma situación. La libre circulación de trabajadores implica presencia extranjera fluida y abundante en nuestro país. La prestación de servicios ya no se ofrece únicamente a los consumidores domésticos sino a diversas nacionalidades. Por mucho nombre o impacto que tenga una empresa a nivel local, su potencial quedará en entredicho si es incapaz de atender la demanda foránea en otro idioma. Los trabajadores que sí que puedan enfrentarse a esta nueva situación verán un incremento en sus ingresos gracias a posibilitar una mayor apertura de mercado para la empresa, permitiéndola adaptarse a los nuevos tiempos y clientela.