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La mejor forma de aprender inglés para directivos

La mejor forma de aprender inglés para directivos

12 de abril de 2017


Un directivo en la actualidad tiene que hacer frente a múltiples frentes abiertos en dos idiomas: el suyo y el inglés. La manera en la que sea capaz de desenvolverse con cada uno determinará su éxito o fracaso al mando de su departamento o puesto. Esto supone un serio problema en un entorno globalizado y multinacional si la propia cultura local no está muy ligada a nivel internacional. Como el caso de España.

Nuestro país cuenta con excelentes profesionales en sus plantillas que se las ven y desean para rendir al mismo nivel con sus homónimos extranjeros, dado que carecen de la soltura y fluidez que éstos poseen con el inglés. De sobra es conocida nuestra capacidad para adaptarnos al medio, pero la velocidad con la que suceden las cosas es mucho más rápida que dichos esfuerzos. Salir del paso nos permite seguir compitiendo, pero no optar por ningún título. Es por ello que aquellos directivos con buen nivel de inglés se encuentren altamente valorados por las empresas que tienen la ventaja competitiva de contar con uno de éstos entre sus filas.

Nadie mejor que los altos cargos para comprender la importancia de saber hablar inglés bien en el mundo de los negocios. La gran mayoría de contrataciones de cursos vienen solicitadas por este tipo de profesionales. Sin embargo, hay muchas formas de aprender el idioma dependiendo de su necesidad, por lo que tienen que plantearse la siguiente pregunta: ¿cuál es la mejor forma de aprender inglés para directivos?

Como dice el famoso dicho, el tiempo es oro. Y más quilates tiene el de los responsables de que la empresa siga adelante. Eso determina que su necesidad de aprender inglés no siga los mismos modelos tradicionales que emplea el resto y tengan que recurrir a otros sistemas más específicos y ajustados a sus necesidades. El objetivo final es el de estar capacitados para emplearlo tanto por escrito como oralmente en su día a día, a través de correos electrónicos, teléfono o conferencias en múltiples formatos. Pero también deben conocer determinadas estructuras y vocabulario profesional para las presentaciones o reuniones que cada semana aparecen en su agenda.

Hablando de agendas, pocas más apretadas que las suyas vamos a poder encontrarnos dentro de una empresa, presidencia al margen. Eso les deja poco tiempo disponible para acudir a un centro a recibir clases. Por suerte, los cursos de formación en inglés para empresas les permiten disponer de un profesor particular dentro de su entorno de trabajo con flexibilidad horaria con quien practicar, aprender y corregir los errores más habituales que se comenten dentro de este sector y que, por culpa de su repetición constante, se dan por buenos.

Un curso de one-to-one proporcionado por un profesor nativo con experiencia demostrable en el ámbito empresarial permite al directivo conocer su verdadero nivel de inglés y trabajar aquellos aspectos del idioma que le restan valor a su trabajo por su manera de exponer. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero en los negocios hay palabras que valen museos. Saber decir las cosas como se tienen que decir es tocar una bella sinfonía con el instrumento afinado y no pisándole la cola a un gato. Además, obligar al otro interlocutor a repetir lo que ha dicho genera una sensación de no entender el tema tratado. Detalles como éstos son los que minan la reputación de una empresa y la relegan a trabajar en entornos más localizados. Las clases particulares se convierten, por tanto, en una valiosa herramienta para el directivo que quiere crecer y hacer crecer la empresa y simplemente le faltan palabras para lograrlo.