Evaluación de idiomas de candidatos para multinacionales

Evaluación de idiomas de candidatos para multinacionales

30 de mayo de 2017


Actualmente, las empresas realizan evaluaciones de inglés para conocer el verdadero nivel de sus candidatos. Dependiendo del ámbito de negocio de las mismas, estas pruebas se realizarán de manera más o menos profesional. Sin embargo, en el caso de tratarse de una multinacional, la prueba decidirá si el solicitante es contratado o no.

Si echamos un vistazo a las empresas multinacionales en el extranjero, comprobaremos que se desenvuelven en el idioma local y en inglés con absoluta naturalidad. Es decir, que manejan el idioma como una herramienta más de trabajo. Este aspecto es fundamental para entender la exigencia actual dentro del mundo empresarial con respecto a los idiomas. Si realizáramos una analogía con la informática, las empresas en el extranjero cuentan con una conexión a internet con fibra óptica y en España funcionamos con módems de 56k, que nos permiten trabajar igual, pero mucho más lento.

Pero, ¿qué es lo que se evalúa en los candidatos para multinacionales? Porque, aunque bajo, el nivel medio español presupone la tenencia de una serie de conocimientos suficientes para comunicarse. Sin embargo, ¿es ese nivel el adecuado para ocupar un puesto dentro de una multinacional?

Evaluación del inglés

Antes de continuar conviene realizar una distinción importante en cuanto al conocimiento de un idioma. El inglés, como tal, puede ser empleado para diversas materias, entre las que se incluye el trabajo. Fundamentalmente, la mayoría de personas lo conocen o emplean para comunicarse con otras en los viajes o en situaciones de ocio. Ese tipo de inglés apenas exige de un nivel básico para salir airoso del paso y cuenta con la ventaja de su informalidad. Por otro lado, existe también el inglés que se emplea para documentación o redacción de documentos, cuyo conocimiento principal se reduce al apartado escrito, dejando en segundo plano su pronunciación o entendimiento auditivo. El inglés de empresa, por el contrario, combina características de los otros dos con un tipo de empleo y contenido distinto que desarrollaremos a continuación. Finalmente, otro tipo de uso lingüístico resulta más dispar que los otros en cuanto a su profesionalización, como pudiera ser el de un guía turístico o traductor –más preciso y variado de contenido- o el de aquellos anglófilos que lo aprenden en todas sus formas por placer o trabajo –para canciones, conocer gente nueva, establecer contactos, dar clases, rodar películas, etc.

A la hora de evaluar el nivel de inglés para una multinacional, hay cuatro factores fundamentales que se complementan para establecer la nota final de la prueba. El primero de ellos es el conocimiento de vocabulario. Hay personas que saben muchas palabras en inglés que, sin embargo, flaquean cuando se trata de términos laborales. Las empresas multinacionales necesitan empleados que se puedan manejar con naturalidad con el vocabulario propio del negocio, bien sean palabras sueltas como expresiones habituales. Ciertos defensores del español defienden a capa y espada el uso de vocablos hispanos frente a su equivalente anglosajón. Esta acérrima lucha pretende conservar la identidad nacional frente a la avalancha de términos extranjeros, siendo la publicidad el mejor ejemplo de ello. Pero no nos engañemos; una multinacional globaliza su vocabulario para hacerlo accesible en cualquier lugar del mundo y es mejor adaptarse a esta situación cuanto antes y dejar el escudo del diccionario para asuntos nacionales que, francamente, no suponen ninguna relevancia para nuestra vida profesional.

El segundo aspecto a destacar es el de la gramática. Si bien es menos exigente que en otras materias –cada país tiene sus propias normas y es normal confundir las reglas – no está de más ser capaz de construir oraciones académicas correctas para evitar problemas de entendimiento. Cuanto mejor conocimiento gramatical se tenga, más claro y específico será el mensaje. No obstante, es habitual encontrarse con incorrecciones admitidas durante las conversaciones de negocios por ambas partes. Dentro de lo que cabe, este problema se puede paliar con relativa rapidez mediante clases de formación dentro de la empresa.

El tercer y cuarto factor, finalmente, se centran en la capacidad oral y auditiva de los empleados. El primero, para comunicarse. El segundo, para entender la comunicación. Las evaluaciones analizan la fluidez, pronunciación y entonación de los solicitantes o trabajadores con el fin de determinar un aspecto muy sencillo: ver si esa persona se puede hacer entender o está capacitada para transmitir un mensaje importante sin margen al error. El hecho de que te entiendan al hablar no significa que sepas hablar, ojo. Porque, aparte de evitar confusiones cacofónicas por una mala dicción, mejora exponencialmente la imagen de la empresa. Un buen empleo del inglés se convierte en el mejor embajador de la empresa en el extranjero, aumentando sus posibilidades de éxito de esta manera. Respecto al entendimiento, resulta clave para agilizar la transmisión de información y no perder tiempo innecesario repitiendo una y otra vez el mismo mensaje hasta lograr que se comprenda. Si alguna persona que esté leyendo este artículo recuerda la frustración de intentar comprar un producto en una tienda china hace años, sabrá de la importancia de disponer de un canal de comunicación limpio y sin obstáculos de por medio.