Exámenes oficiales de inglés en la empresa. ¿Són necesarios?

Exámenes oficiales de inglés en la empresa. ¿Són necesarios?

09 de mayo de 2017


Los procesos de selección de una empresa tienen como objetivo encontrar el perfil idóneo del candidato para ocupar un puesto de trabajo. Dicho puesto exige una serie de conocimientos, habilidades y manejo de determinados elementos fundamentales para un próspero desempeño de las tareas a realizar por la persona escogida. Para evaluar convenientemente dichas aptitudes, se podría preguntar hasta la saciedad al candidato si sabe hacer tal y cual cosa o simplificar de manera óptima la ráfaga de preguntas pidiendo una determinada titulación, que incluya la respuesta afirmativa a todas esas cuestiones. De esta manera, la tenencia de un título universitario o la realización de un máster especializado sobre una materia garantizan que las necesidades de la empresa van a ser cubiertas a la vez que ahorran tiempo en el proceso de selección.

Los idiomas, por el contrario, se han visto relegados a la categoría de aptitudes extras hasta hace relativamente poco tiempo. Simplemente bastaba con tener ciertos conocimientos de los mismos para poder optar a formar parte de la plantilla. De esta manera, no había control alguno sobre la verdadera capacidad lingüística del empleado. La escasa profesionalización es este aspecto concreto ha generado una situación de descontrol dentro de las empresas, pues si bien el inglés se conoce, se desconoce hasta qué punto pueden depender de él. Este curioso hecho ha provocado una falta de preparación en la economía española con la llegada de la globalización, dado que tenemos un nivel de inglés para salir del paso, pero no para competir de tú a tú con otros países europeos donde la presencia de este idioma está fuertemente consolidada desde hace muchos años atrás.

Por otro lado, la ausencia de un mecanismo de control en las entrevistas de trabajo respecto al verdadero nivel de un idioma ha dejado a los equipos de recursos humanos en la incómoda posición de no disponer de un sistema que les permita evaluar adecuadamente a los candidatos. No nos olvidemos que el inglés era un requisito deseado pero no concluyente a la hora de obtener un trabajo, por lo que la laxitud con la que se ha tratado este punto en el mundo empresarial ha tardado tiempo en ser remendado.

La utilidad de los exámenes oficiales de inglés

Pero ya no es así. Actualmente, es necesario disponer de alguna prueba que demuestre el verdadero nivel de inglés de cara a optar por un ascenso o solicitar un puesto de trabajo. Para ello, las empresas requieren pruebas reales y comprobables de los conocimientos y el método seleccionado para ello son los exámenes oficiales de inglés. Presentar estos títulos permite saber con veracidad el grado de competitividad europea y mundial de los trabajadores, una condición fundamental en estos momentos para cualquier tipo de trabajo. Porque permite la comparación con el resto de países, el potencial rendimiento de los empleados en diversos campos y las oportunidades de desarrollo, tanto personales como para el negocio.

Los exámenes oficiales de inglés muestran de manera directa una virtud imprescindible en el mundo de los negocios –es el idioma que se habla en este entorno de manera universal- que incorpora un recurso esencial para el pleno rendimiento laboral. En función del nivel, la empresa podrá valorar cómo ubicar de manera más eficiente a determinados trabajadores y optimizar así su trabajo. Con independencia del puesto a ocupar, las exigencias ya no solamente son técnicas, sino comunicativas. Por esta razón, cuanto más claro y detallado aparezca este punto, mejor empleo de los recursos laborales se podrá realizar en el futuro. Si los empleados son conscientes de ello, deberían motivarse para probar su valía con la consecución de un título y así poder aspirar a mejorar sus condiciones que, repito, resultarán beneficiosas para ambas partes.