La formación en la empresa: clave para la transformación digital

La formación en la empresa: clave para la transformación digital

13 de junio de 2017


Hace unos cuantos años, todo aquello reseñable de ser anotado como incidencia durante un viaje o envío de mercancías configuraba la llamada hoja de ruta. En caso de no surgir ningún hecho digno de ser mencionado, simplemente mostraba la hora de salida y llegada. En algunas ocasiones podía incluir otros campos de texto indicativos para la correcta cumplimentación del objetivo. En la actualidad, una hoja de ruta muestra la planificación o agenda de un trabajo o de varios, en una plantilla cuadriculada tipo Excel donde las cuadrículas son rellenadas con un color específico para exponer de un solo vistazo el recorrido que va a seguir un determinado proyecto. Bienvenidos al futuro.

La transformación digital consiste en sustituir los procedimientos escritos – papel- y sistemas de almacenaje físicos por archivos digitales en la red. Su ventaja reside en que ahorra espacio y material a la empresa a la vez que la eficacia en su empleo, pues estarán disponibles desde cualquier terminal con independencia de su ubicación. Un ejemplo básico de esta transformación la tenemos en los correos electrónicos, que pueden ser consultados o enviados desde el ordenador de la oficina o un teléfono móvil desde otra ciudad. Así, los mensajes se recibirán o enviarán de manera inmediata sin tener que esperar la llegada del servicio de Correos o similar a la oficina y el consiguiente tiempo de espera del anterior sistema.

Pese a la integración total del correo electrónico en el mundo laboral que conocemos, desconocemos todavía las posibilidades que ofrecen otro tipo de aplicaciones, como pueda ser la Nube, por poner otro ejemplo básico. Todas estas nuevas tecnologías abogan por la digitalización de la información, lo que supone un período de transición entre el mundo contemporáneo del siglo XX y el tecnológico de la presente centuria. Si bien el concepto está bastante claro en nuestras cabezas, no sucede lo mismo con su puesta en práctica.

La transformación digital

La transformación digital va más allá de no imprimir los billetes del avión o recibir las facturas a través de Internet. En realidad es un mundo nuevo que amenaza con desposicionar a las empresas en caso de modificar su planteamiento funcional cuanto antes. Todos sabemos de la importancia de adaptarse a los cambios para sobrevivir. Sin embargo, no todos tienen tan claro en qué consisten estos cambios e ignoran el significado de los vocablos que definen el nuevo mundo empresarial, como RRSS, Industria 4.0, Machine Learning, Data Mining o Internet de las Cosas. Estas palabras avisan de la necesidad de realizar una modificación global en el modelo de negocio y de la propia cultura corporativa, donde la figura del Chief Digital Officer se alza poderosa como nuevo puesto vital en las empresas junto a otras nuevas categorías profesionales que reemplazarán las existentes, como puedan ser eCommerce, Analítica, Content Strategy, Business Intelligence, Big Data o Data Scientist. Ahora repetiré el mismo final del primer párrafo, que cobra un nuevo sentido en el artículo: Bienvenidos al futuro.

Si retrocedemos en el tiempo hasta la llegada de los ordenadores a las empresas, recordaremos los quebraderos de cabeza que supuso tener que modificar los sistemas de trabajo previos a la vez que se aprendía el manejo de una nueva herramienta menos intuitiva de lo deseado. Yo mismo he visto a gente trabajando con dos ordenadores porque no comprendían que uno solo pudiera ser empleado para trabajar con dos programas distintos. Afortunadamente, nuestros cerebros ya entienden el funcionamiento computarizado sin problemas y las nuevas generaciones lo traen de serie. Lo que nos toca aprender ahora es cómo funciona el cerebro de esa tecnología.

Para ello, contamos con neurólogos especializados en los cursos de formación para empresas. Porque adaptarse significa formarse en una nueva materia y mejor hacerla con expertos que con el sistema de ensayo y error, capaz de destruir toda la información de una compañía en caso de no acertar. Sí, se corren riesgos muy grandes con este nuevo sistema –un virus informático recientemente bloqueó la economía mundial en cuestión de segundos- pero es el inconveniente de centralizar y globalizar los procesos de recopilación de información y trabajo posterior. Afortunadamente, los sistemas de seguridad tardan menos tiempo en controlar, evitar y corregir los ataques recibidos y siempre es posible recuperar la información perdida salvo catástrofe informática sin precedentes –o copia de seguridad- a diferencia de aquellos almacenes que sufrían una inundación por culpa de la lluvia.

Esta formación, sin embargo, requiere cierto tiempo hasta que pueda transformar la cultura laboral de una empresa. La velocidad de adaptación de los ordenadores es infinitamente más rápida que la de las personas, por lo que se debe planificar de manera adecuada y cierta inmediatez para evitar el rezago con respecto a la economía mundial.