¿Inglés Americano o Británico?

¿Inglés Americano o Británico?

13 de abril de 2018


¿Os acordáis de cuando erais pequeños, vuestra madre os mandaba a comprar pan y la panadera os preguntaba si barra o pistola? Pues el dilema ha vuelto. Y, esta vez, después de meditar, repensar y procrastinar tanto tiempo el ponerse a estudiar un idioma. Os decidís y anunciáis en voz alta al mundo vuestra decisión:

—Quiero aprender inglés.

—¿Británico o americano?

La dualidad que se plantea os hace creer que cada opción es –y perdón por el chiste- harina de otro costal. La infantil disyuntiva bloquea vuestra seca lengua y os hace titubear. Menos mal que, ahora, tenéis este artículo para evitaros la bronca al llegar a casa. O, en este caso, a la oficina.

Para ayudaros con vuestra decisión, nada mejor que aplicar la lógica escolástica de Guillermo de Ockham cuando, supuestamente, dijo aquello de que en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable. Es decir, emplead el sentido común. Si vuestra empresa trabaja con americanos, aprended inglés americano. Ahora cambiad la nacionalidad por británico y, ¡voila!, problema solucionado. Claro que, de no ser éste el caso, la navaja del franciscano inglés estará mellada. No pasa nada; me he encomendado a que encontréis vuestra ansiada respuesta.

Tanto uno como el otro, al igual que la barra y la pistola, no son más que la misma cosa: un lenguaje. De hecho, un viejo dicho inglés dice que Estados Unidos y Reino Unido son dos naciones divididas por un idioma común. Obviamente, si fueran idénticos no se distinguirían con la etiqueta que los acompaña. Así que vamos a ver a qué se debe, de manera breve.

Principales diferencias entre inglés británico y americano

1. Vocabulario

2. Pronunciación

Ya está. Os dije que iba a ser breve. No he puesto diferencias estructurales porque, comparadas con esas dos, no tienen apenas peso en el aprendizaje profesional a efectos prácticos. Ahora os dejo con una pequeña explicación sobre el motivo de estas diferencias.

Vocabulario

Todo idioma presenta variedades regionales para referirse a la misma cosa. Desde el autobús y la guagua en España y las Islas Canarias al camarero y mesero de nuestro país y México, nuestro idioma posee una riqueza léxica capaz de volver loco a quien lo quiera aprender. No debe sorprendernos, por tanto, que el Reino Unido y Estados Unidos difieran en su léxico. A raíz de la independencia del segundo, clave en el entendimiento de sus diferencias, ambos vocabularios se desarrollaron por separado, por lo que cada palabra nueva que aparecía dejó de compartirse en ambos lados del Atlántico (cinema/movie theater). Pero, por otro lado, la nueva nación quería “desinglesar” la lengua. De esta manera, palabras de uso común en la antigua colonia reemplazaron a las más clásicas, buscando su propia idiosincrasia oral (aubergine/eggplant).

Pronunciación

Irónicamente, los americanos se mantuvieron más fieles a la pronunciación británica que los ingleses. Este hecho se debe al ascenso de la burguesía inglesa tras la Revolución Industrial, que decidieron modificar su forma de hablar con un acento más elitista. A partir de entonces, las modificaciones en la forma de hablar fueron por caminos tan separados que hasta las vocales cambiaron su sonido, siendo la A el caso más llamativo. Aparte de los cambios fonéticos, el inglés británico prescinde del sonido de varias letras (el famoso ¿para qué las ponen si no las dicen de los alumnos de inglés) que sí se pronuncian en inglés americano, como la palabra car. Pero, ojo, que no sea ésta la causa de que os decantéis por el americano, pues ellos modifican el sonido de otras consonantes (la T de water suena como una D). Y si no tenéis la cabeza como un bombo todavía, el acento varía en varias palabras (A-dult, a-DULT).

De todas maneras, tanto unos como otros se entienden sin problemas. Eso quiere decir que, con independencia de la opción que finalmente escojáis, no vais a tener problemas de comunicación evidentes. Incluso el inglés americano se está extendiendo por Reino Unido debido al auge del cine y series de televisión norteamericanas, popularizando términos y expresiones de este país a lo largo y ancho de la isla.

¿Es mejor aprender inglés británico or americano?

Profesionalmente hablando, aquí la situación es un tanto distinta. De sobra es sabido que el inglés es el idioma de los negocios. Pero, ¿cuál se usa más? Aquí la respuesta no depende tanto de la nacionalidad de la empresa sino de cuál está más expandido entre los países cuya lengua materna sea distinta al inglés. Al fin y al cabo, los negocios internacionales dependen de globalizar su comunicación para evitar malentendidos o problemas de entendimiento. Y aquí, de manera más que evidente, el inglés americano se lleva la palma.

La brutal expansión corporativa americana tras la Segunda Guerra Mundial transformó la perspectiva comercial de las naciones. El Imperio Británico ya había dejado las bases del lenguaje por todo el mundo, pero sería sustituido por la particular manera de hablar de los empresarios norteamericanos, menos formales y pomposos. La nueva estructura, más sencilla, coloquial, con un tono directo que empleaba terminología militar junto a una jerga característica, atrajo la atención de las empresas y fue rápidamente imitada por todos aquellos que querían adaptarse a los nuevos tiempos capitalistas.

La palabra “imitada” que acabáis de leer significa que, si bien la intención era buena, no siempre respetaba las reglas. Poco a poco se establecieron los pilares básicos de una nueva lengua llamada Global English, que se caracteriza por ser entendible por todo el mundo. Sin embargo, los negocios son un tema serio. Es decir, que el lenguaje debía de ser igual de profesional que su trabajo. Y surgió el Business English, que combina la sencillez del Global con vocabulario y expresiones americanas, algo que no agradó sobremanera a los británicos, que mantienen su propio estilo a la hora de realizar su trabajo.

En la actualidad, la americanización corporativa hace que sea más práctico decantarse por el inglés americano a la hora de escoger la modalidad de aprendizaje. El pragmatismo económico ha llevado a que incluso los británicos adopten su “otro” idioma a nivel internacional… en la mayoría de las ocasiones.