Inglés en Redes Sociales profesionales como Linkedin

Inglés en Redes Sociales profesionales como Linkedin

16 de mayo de 2017


Nuestra sociedad ha cambiado su forma de comunicarse. Esto es un hecho incuestionable y fácilmente demostrable en un breve trayecto en metro o autobús. Veremos a una legión de personas conectadas a sus teléfonos móviles intercambiando mensajes, posteando estados y publicando fotografías constantemente. Las redes sociales representan la nueva realidad en un interesante giro semántico sobre la palabra virtual. Sin embargo, también existen redes sociales profesionales como LinkedIn, el moderno sustituto del currículo tradicional.

 

A diferencia de la hoja impresa, LinkedIn ofrece la posibilidad de mantenerse en contacto con el gremio profesional de manera constante e instantánea, mostrando determinados conocimientos y habilidades como el papel junto a la posibilidad de añadir enlaces hacia trabajos o páginas determinadas, subir vídeos o fotografías de aspectos o logros laborales además de participar o crear foros sobre cualquier tipo de asunto relacionado con el campo profesional que se desempeña. Cualquier persona puede acceder a nuestro perfil en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento mientras revisamos ofertas de trabajo mucho más especializadas o variadas que en un portal de empleo tradicional. En resumidas cuentas, el alcance y penetración de esta plataforma supera a cualquier otra bolsa de trabajo existente en la actualidad.

 

Esta globalización curricular supone, empero, un problema para determinados usuarios. Pues si bien la herramienta no parece tener límites en su expansión o penetración en el mercado laboral, sí que los tiene a nivel idiomático. De ahí la necesidad de saber manejar el inglés con soltura para no reducir el ámbito de impacto de nuestro perfil.

 

Durante años hemos estado escuchando la sempiterna cantinela de que el inglés era importante para encontrar trabajo. Y como todas las cosas que se repiten en demasía, se acaban transformando en un mantra que se repite pero no se le presta atención. Nunca antes existió una herramienta como LinkedIn para hacernos entender el verdadero significado de esa advertencia y hacernos descubrir de manera directa y sin tapujos las carencias reales de nuestro país. Porque ya no es que pidan inglés para trabajar. Es que lo piden en ese idioma. Y no precisamente en el inglés que chapurreamos en los viajes, sino el profesional.

 

Este hecho ha provocado una profesionalización de los perfiles personales de manera inmediata. Aunque es justo reconocer que no todo el mundo lo ha entendido como debería ser. Las chapuzas, “ñapas” y remiendos que algunas personas han realizado con este idioma son de palmada en la frente, cuanto menos. Determinadas categorías profesionales disponen de una nomenclatura específica dentro del mundo laboral internacional que son ignoradas por determinadas personas con un exceso de alegría y confianza igual de encomiables como de contraproducentes. No saber definir el nombre de tu puesto de trabajo da una pobre imagen sobre la capacidad laboral de la persona. Es incluso más recomendable ser creativo antes que chapucero y definirse como PTU (Professional Teaching Unit – Unidad de enseñanza profesional) para el puesto de formador en empresas que Company Formator, dado que la segunda palabra no existe.

 

Pero si la cumplimentación del perfil se puede realizar con calidad sin demasiados esfuerzos, no sucede lo mismo con el tema de su mantenimiento y desarrollo. Para poder colgar artículos o participar de manera activa en foros, es necesario tener un buen conocimiento del idioma. Para ello se puede contar con la ayuda de un PTU –sabía que el ejemplo anterior me iba a resultar provechoso a la larga- con quien aprender a comunicarse a nivel socio-profesional con garantías. La gran mayoría de los cursos están centrados en mejorar la capacidad oral y de entendimiento de los trabajadores, pero se le presta poca atención al desarrollo escrito del idioma. Obviar este aspecto puede convertirse en un serio problema de cara al futuro profesional u obtención de nuevos contactos a través de la red. Una simple oferta de trabajo que queramos poner en Internet puede convertirse en un fatal error estratégico si no se sabe definir con precisión y exactitud los requisitos a cumplir por parte de los candidatos o que no sea lo suficientemente inteligible para los mismos.