El inglés, imprescindible en los viajes de negocios

El inglés, imprescindible en los viajes de negocios

25 de enero de 2016


El inglés es el idioma de los negocios. Este hecho no lo pone nadie ya en duda. Todo aquel que haya viajado al extranjero se habrá dado cuenta de que su conocimiento es vital para poder entenderse. Independientemente de que su nivel sea alto o bajo. Nada más llegar al aeropuerto de Frankfurt o de Dubái, los carteles de señalización resultarán ininteligibles para la mayoría por el idioma o la grafía. Sin embargo, debajo de los mismos aparecerá la salvadora traducción en inglés, para alivio de los pasajeros.

Pero la situación es bien diferente cuando se trata de un viaje de negocios. El turismo no deja de ser una desconexión con nuestras vidas diarias y no nos preocupa lo que puedan pensar de nosotros o de nuestra forma de hablar. Al fin y al cabo, en ese tipo de viajes lo que prima es visitar monumentos históricos, probar la cocina local y disfrutar de los aspectos lúdico-culturales de la ciudad. Tan relajados estamos que hasta vestimos el uniforme del turista con dignidad.

Los negocios son otra cosa. Primero, son serios. Bien sea para una reunión, una conferencia, firmar un acuerdo o cerrar una venta, la imagen que se tiene que dar debe estar a la categoría de la situación. Hay vuelos con precios especiales para esa categoría. De la ciudad poco más que el hotel y la empresa o fábrica se visita. Y no se puede permanecer en el ostracismo; la comunicación constante es crucial.

Por esa razón, el inglés es imprescindible para los viajes de negocios. Eso significa que hay que hablarlo con corrección, precisión y seguridad. Porque no será nuestro elegante traje quien cause buena imagen, sino nuestra locuacidad.

Lamentablemente, este idioma es nuestro punto flaco, el tendón de Aquiles de la fuerza financiera y comercial española. Estamos profesionalmente capacitados para competir con el resto de empresas mundiales, pero solamente sobre el papel. Porque nos hemos atascado con la lengua como el papel de la impresora, bloqueando nuestra posibilidad de expansión y crecimiento dentro de un entorno global. Las empresas deben tener este aspecto muy en cuenta si no quieren sufrir las consecuencias económicas que este aislamiento nos está provocando. Especialmente en época de crisis, con los subsecuentes esfuerzos que demanda para lograr sobrevivir.

Inglés en los viajes de negocios

Pero estoy escribiendo sobre papel mojado. Este hecho ya ha sido convenientemente identificado, localizado y comprendido. La importancia del inglés en el mundo de los negocios ha sido por todos asumida. Este requisito se exige para todas las nuevas incorporaciones a la plantilla, independientemente del puesto de trabajo que se ofrezca.

No obstante, como mencionamos antes, el mundo empresarial habla inglés. Pero no el inglés de los turistas, sino el de los negocios. El nivel español es medio-bajo. Y me refiero al corriente. Dentro del terreno empresarial seguimos igual que hace varios años. Faltan por tomar medidas al respecto. Pero, ¿cuáles?

Los cursos de inglés para empresas ofrecen la posibilidad de realizar un programa de aprendizaje de este idioma específico para todos aquellos directivos y trabajadores que tengan que cruzar la frontera por temas de trabajo. Hablamos de profesores expertos en este entorno tan importante como comprometido para las compañías. Este tipo de clases ofrece la posibilidad de aprender y practicar situaciones corrientes dentro del mundo laboral para profesionalizar a la plantilla en su óptimo manejo.

A lo largo del año laboral, la plantilla realiza varios cursos de formación para mejorar su eficacia y adaptarse a los nuevos requisitos del mercado. Qué duda cabe que la importancia de ser más competitivos y preparados está por encima de otro tipo de necesidades individuales de los empleados. El inglés caía dentro de esta segunda categoría. Ya no. No hay más que ver los revuelos que se forman en la oficina cada vez que reciba la visita de alguien del extranjero. O que a alguien le toca viajar fuera un par de días. La preparación que se hace es siempre tarde, la comúnmente conocida estrategia de “deprisa y corriendo”. ¿Es esa la imagen que queremos dar? ¿Falta de preparación? En el caso de tener que atender un pedido grande de un cliente, la empresa requiere hacer horas extras y trabajar los fines de semana para presentar el trabajo perfecto dentro de la fecha. ¿Y qué sucede si, después de tanto trabajo, no somos capaces de explicarlo? La confianza en su calidad cae enteros por culpa de la transmisión defectuosa y chapucera. En otras palabras, damos la impresión de haber hecho una ñapa.

Este factor es el que se tiene que valorar más a partir de ahora. Otros países han sabido venderse como imágenes de marca que nos hacen comprar y confiar en sus productos. Diseño italiano, tecnología japonesa… Sin dudar de su calidad, han puesto su apellido a algo gracias a la publicidad, que no deja de ser un canal de comunicación. Sabiendo manejar adecuadamente ese medio, sus productos logran conquistar los mercados sin tener en cuenta su precio. ¿A qué característica se le pone el apellido “español/a?” Necesitamos vendernos mejor a nivel internacional. Dependemos de que nuestros trabajadores muestren nuestra valía al resto del mundo. Y, para ello, tienen que saber hablar inglés correctamente en sus viajes de negocios.