Cómo preparar una entrevista de nivel de inglés

Cómo preparar una entrevista de nivel de inglés

22 de mayo de 2017


Ser escritor y profesor de inglés tiene una curiosa evolución en la vida. Hace unos años, los amigos te pedían que le escribieras o contestaras a las chicas que les gustaban para enamorarlas o te preguntaban el significado de determinadas palabras o cómo se decía cierta cosa en inglés –generalmente guarrerías. Ahora te piden reseñas, cartas profesionales o dedicatorias de manera escrita y consejos para las entrevistas de inglés.

Por regla general, no te preguntan sino que te dicen que les hace falta demostrar un determinado nivel y qué libros les recomiendo para lograrlo. Mi respuesta es invariable: ninguno.

¿Cómo? Si os ha sorprendido la respuesta, dejad a este humilde escribano la oportunidad de explicarse con prosa accesible.

Dentro del entorno laboral actual, el nivel más solicitado es el B2. Es decir, un intermedio alto. Y la mejor manera de demostrar que uno tiene este nivel es hablando. Porque, seamos sinceros, si dices que posees el nivel previo al avanzado, significa que sabes comunicarte en el mismo. Al fin y al cabo, un idioma se aprende para comunicarse con el mismo, no para leer correos electrónicos.

Las pruevas de nivel de inglés

Anticipando vuestra respuesta, os diré que sí, que en las pruebas de nivel de inglés que realizan las empresas hay una gran presencia de inglés escrito en formato test. Este sistema no es muy fiable, dado que el resultado final puede estar contaminado por el factor suerte. Tampoco es demostrativo de los conocimientos, al mostrar las respuestas del mismo. No; una verdadera prueba de nivel se realiza hablando, manteniendo una conversación con el entrevistador donde éste pueda analizar con fidelidad el verdadero potencial del candidato o empleado.

Entonces, os preguntaréis al igual que mis amigos, ¿qué tengo que decir en la entrevista? Muy sencillo. Veréis; en primer lugar, hay que demostrar que se conoce la jerga profesional del medio en el que queréis trabajar. Esto incluye vocabulario específico, expresiones de inglés de negocios y cierta fluidez a la hora de soltar el rollo. Lo habitual es que la gente se trabe, se rediga o desdiga, en busca de la respuesta perfecta que nunca llega. En su lugar surgen los nervios y el tartamudeo. Por tanto, conviene practicar antes de la entrevista para soltar la lengua un poco y acostumbrarse a expresarse con naturalidad en otro idioma.

En segundo lugar, no solamente es importante decir las cosas bien, sino que te entiendan cuando abandonen la boca. Esto se llama acento y entonación. Traducido al español, “lo más chungo” del inglés. A algunos les parece una tontería, porque no se paran a reflexionar que, al pronunciar de manera incorrecta determinadas palabras, en realidad están diciendo otras o simplemente emitiendo cacofonías lingüísticas inconexas. Subir decir yo, ¿vale? no es lo mismo que sabes lo que te digo, ¿verdad? El oyente no está para interpretarte, sino para entenderte. Grábatelo a fuego en el cerebro.

Por último, tenemos la gramática, que es el esqueleto de un idioma. Sin ella, el pasado es presente, el presente pasado y el futuro cualquier cosa. Un buen uso de la gramática permite distinguir el cuándo del qué con claridad. Estos conocimientos más o menos ya están aprendidos aunque algo oxidados por la falta de uso. Para limpiar la ocre herrumbre que los cubre, conviene sacudirlos y ponerlos a remojo de saliva para mejorar la expresividad y la construcción de las oraciones durante la entrevista.

Os he mentido. No era lo último. Falta otra cosa importante en este pergamino de soluciones: la audición. Si no entendéis la pregunta que os formulen, nada de lo que os he dicho servirá. La peculiar pronunciación inglesa obliga a dedicar cierto tiempo a descorchar los oídos de los crudos sonidos españoles para distinguir el significado de las palabras. Así que emplead los libros para repasar gramática y vocabulario, pero dedicad más tiempo a hablar y escuchar si realmente queréis demostrar que el nivel de inglés deseado lo domináis.