5 motivos para realizar selección de personal con entrevistadores nativos

5 motivos para realizar selección de personal con entrevistadores nativos

03 de julio de 2017


Toda entrevista de trabajo que se realice ha de ser conducida por un profesional en la materia. Aún recuerdo con lágrimas en los ojos alguna que me ha tocado al principio de mi carrera laboral con un nervioso entrevistador delante, justificándose que su departamento era otro y no tenía muy claro si lo que yo le estaba diciendo tenía sentido o no. Tentado estuve de arreglar el problema inventándome siglas, pero espanté la maldad de mi interior.

Pero también he sido testigo directo de otra situación menos cómica durante una entrevista profesional, que es cuando llega la parte de los idiomas. Y digo que es menos graciosa porque en la mayoría de los casos, el entrevistador demostraba poseer un nivel de inglés demasiado bajo. Ignoro los criterios que se seguían en estos casos, pero intuyo que serían algo parecido a esto:

-si no habla, no sabe inglés

-si habla y le entiendo, sabe inglés

-si habla y no entiendo nada, sabe inglés muy bien

¿Os imagináis si el mismo patrón se diera en el resto de la entrevista? Si no enciende el ordenador, no sabe de informática. Si lo enciende, sabe. Si abre un programa que no conozco…

La selección de personal nativo en España

La realidad de la globalización por fin ha llegado a España y nos hemos dado cuenta que estamos muy verdes en el tema de los idiomas. Un mínimo de experiencia turística nos abrirá los ojos a la importancia de este idioma a lo largo y ancho del mundo. Un mínimo de experiencia laboral nos ha dado la cachetada en la frente por el mismo motivo. Las exigencias curriculares respecto al inglés se han profesionalizado. Sin embargo, las entrevistas se siguen realizando  de la misma manera que antes. Por esa razón, convendría darse cuenta cuanto antes de que un entrevistador nativo obtendría resultados más efectivos y fiables. Por los siguientes 5 motivos.

  1. Del dicho al hecho.

El nivel que figura en el currículo debe ser comprobado. No digo que la gente mienta –que lo hace-, sino que en la mayoría de los casos, suele estar contaminado por buenos resultados escritos y no orales. Tener un nivel B2 escrito no implica siempre que coincida con su habilidad oral. Por otro lado, es posible que el nivel fuera cierto hace 10 años y que, en la actualidad, se encuentre realmente en un nivel más bajo. La empresa debe el verdadero nivel del solicitante.

  1. Dime cómo hablas y te diré qué nivel tienes

Un idioma sirve para comunicarse y dentro de una empresa para lograr objetivos, crecer y tener más oportunidades. Como ya sabemos, el inglés profesional no es el mismo que el que se aprende en las academias. Un entrevistador nativo podrá determinar si el solicitante está capacitado para cumplir los requisitos del puesto de manera satisfactoria o si va a dar una pobre imagen a la empresa.

  1. Mucho ruido y pocas nueces

La fluidez a la hora de manejar un idioma facilita la naturalidad en las conversaciones. Saber expresarse con corrección es una exigencia protocolaria y profesional dentro de una empresa. Hay personas que hablan por los codos sin estar diciendo nada en realidad. A la hora de responder un teléfono, la persona que está al otro lado del aparato espera escuchar una serie de formulismos característicos de este medio y no un sinfín de explicaciones o aclaraciones que, en la mitad de los casos, resultan incomprensibles por traducciones literales del propio idioma.

  1. Vivimos en un mundo dinámico

Mañana tengo una reunión a las 11. El jueves vamos a presentar el proyecto a… Sí; todo aquel que trabaje en una empresa pronunciará estas palabras tarde o temprano. Eso significa que deben conocer determinado vocabulario, estructuras y expresiones habituales empleados en este tipo de eventos. La calidad del lenguaje se asocia a la del producto o servicio, por lo que, una vez más, la imagen de la empresa se puede ver perjudicada en caso de no disponer de la persona adecuada para realizar el trabajo.

  1. Sonrío, luego no te entiendo

Si la música es silencio, el lenguaje es escuchar. ¿De qué sirve parlotear sin freno cuando los oídos llevan el freno de mano echado? Entender a los interlocutores supone que el trabajo se va a desarrollar sin incidentes, que las directrices se van a seguir del modo deseado y que, al cabo de unos días, no vamos a recibir una llamada alterada preguntando que por qué estamos haciendo lo contrario que nos habían pedido.